LA NOTICIA
(c) Juan Antonio Pérez |
Actuación de Melendi en la sala multiusos de Zaragoza. Con un aforo de unas 2.500 personas, las cuales esperan la salida de su ídolo, una media de edad no muy elevada, sobre los 20 años de edad, y sorprendentemente con un grado de civismo increíble, tan apenas cuatro o cinco personas fumando en el interior, respetando así la legislación vigente, algún que otro aviso individual por parte del "personal de admisión" (antes porteros y seguratas) a esas personas y una respuestas inmediata por parte de los "transgresores". Tras quince minutos de espera, las luces de la sala se apagan, focos azules alumbran el escenario y los músicos que acompañan a Melendi hacen su aparición en el escenario, de repente las miradas se giran hacía un guitarrista, está fumando en el escenario, el personal de de admisión lo observa desde el foso, dudando de su actuación, aparece Melendi y los primeros acordes suenan en los bafles, en el foso se giran las caras hacía el público, toca mantener la seguridad. El guitarrista mientras raspa sus cuerdas, consume el cigarrillo en su boca.
LA OPINIÓN
La verdad es que, no voy a ponerme a criticar la ley contra el tabaco, mas de lo necesario, tampoco voy a entrar en la polémica de su aplicación y sus posibles transgresores o rebeldes hosteleros. Lo que si es cierto, sin lugar a dudas, que aparte de la cuestión sobre las familias con niños en bares llenos de humo (debo confesar que yo he sido el primero que he llevado a mi hijo a lugares llenos de humo, humo muchas veces emitido por mi mismo) hay una serie de trabajadores en esos lugares que no han elegido estar ahí, y si les debemos un respeto, por lo que aduciendo este termino, por mi la ley esta correctamente instaurada.
Pero, aparte de este termino, la ley esta ahí, no debemos evitarla, y el gobierno nos obliga a cumplir las leyes y de hecho, en muchos casos (policías, guardias civiles, hosteleros, personal de seguridad, personal de admisión y ciudadanos) también a aplicarlas, es duro estar en medio de un concierto, entre miles de personas (hablo con conocimiento de causa) y tener que saltar la barrera para aplicar una norma o ley que la gente puede no entender, con el consiguiente riesgo para la seguridad que eso conlleva. Por eso mismo, si después de echar "la bronca" a cuatro o cinco personas que han pagado por ver un espectáculo unos cuantos euros, miras hacía arriba y ves a un tipo que cobra un dineral, que arrastra fans y tiene un poder "relativo" con un cigarrillo en la boca, pues imagino que por un lado te darán unas ganas de subir al escenario y darle una colleja, y por otro lado cada vez que mires al pobre chaval que le has amonestado pues de agachar la cabeza porque hay gilipollas que no saben estar en su trabajo (al músico me refiero). En definitiva, la gente que debe dar ejemplo, pues que lo de, si su trabajo es público y teóricamente mucha gente lo sigue, demos ejemplo, y si no está de acuerdo con la ley, pues dígalo públicamente, declárese rebelde, pero no fastidie a la gente, y HAGALO FUERA DE SU TRABAJO POR FAVOR.